Tuesday, September 27, 2011

La mujer pez


La mujer pez

Todas las tardes, en una pequeña ensenada Jacinto solía pescar usando una red tijera. Con el agua hasta la cintura y a veces hasta el cuello avanzaba por el agua más cristalina. En el medio de la corriente, el río era bochornoso, color rojizo y muy turbia. Los peñascos y piedras atajaban los trozos de madera y ramas que el río arrastraba.
Cuando había una luna grande y hermosa, la pesca era muy buena. Llenaba su bolsa y sentado en los bancos de arena, encendía una fogata y ponía el pescado a azar.

Un día, la noche fue cristalina, límpida y silenciosa. El río era sólo un susurro, cerca una joven se bañaba.
Jacinto; que descansaba sobre una pequeña playa muy blanda por la arena- se quedó mirando lo bien que se desplazaba, la misteriosa bañista.
-¿Quién será esa cuña?-
Pensó que estaba ante un espejismo, hacia 24 horas que no dormía-
Se levantó, y escondido entre unos  matorrales, esperó:
La joven, se acercó a la playa donde estaba escondido Jacinto... Era morena, de una larga cabellera, desnuda, su piel brilló a la luz de la luna. Jacinto-se quedó opa-mudo-sin poder respirar. La joven se recuesta en la arena mostrándose en toda su plenitud... Jacinto, tropieza, cae entre las ramas.
La joven pega un salto, levantada mira rápidamente en rededor. Corre al río, se lanza y se pierde bajo al agua.
Jacinto se arrastra. Mira y nada... parecía que el majestuoso río se la hubiese tragado.

Todas las tardes, Jacinto volvía a lugar. Se zambullía en el río y nadaba hasta la isla de arena y esperaba.
Pero se dio cuenta que cuando había mas luna llena, un maravilloso pez saltaba frente de el. Jacinto-se lanzaba al agua en su busca-y este-desaparecía por encanto.
Cierta noche, sé durmió-escuchó un silbido y luego un susurro como una canción en extraño lenguaje. Abrió los ojos y vio en la playa, allí donde solía pescar de pie a la misteriosa joven-como siempre desnuda-Jacinto-camina al agua y se lanza nadando en dirección de la playa- Al salir al otro lado-nada había-ni siquiera las pisadas de la joven en la fina arena blanca.
Jacinto, no era superticioso-encendió una fogata y se dijo:
-Luna, lunita-espíritu del río-¿Qué pasa?-responden solo los sonidos típicos de la noche-luego silencio-roto por el susurro del agua lamer las rocas y el canto de las aves nocturnas.
-Noche-OH sombras benignas que pintas de incógnitas mis pensamientos-¿estoy acaso embrujao?-
Y una brisa tibia, como u n susurro se pega al rostro... allí en a isla estaba la joven del cabello largo, levanta la mano-corre al río y se pierde nuevamente en la profundidad de sus aguas.
El corazón de Jacinto, parecía un caballo chúcaro, ya escapaba de su pecho y su respiración era un surazo...

Vivía este, muy cerca del río: su choza con paredes de palo colorado-y techo de palmas y ramas-Con la vista puesta en el río se dormía agotado a la hora en que las sombras eran abrazadas por un nuevo día.
            El sol estaba alto, quemaba como en sus mejores días, Jacinto quiso levantarse y cayó fulminado por una fiebre. Perdió el conocimiento... y murmuró:
-Ay-espíritu del río-estoy cayendo dentro de un volcán-Era la calentura de la fiebre-Todo era sombra, nada de luna-solo el viento caliente, Jacinto-murmuraba:
-OH, Luna-Lunita- se va mi alma volando sobre el follaje y mi corazón se ha prendió de la morena de cabello largo del río...
Su cuerpo saltaba-por la fiebre-A lo lejos los perros ladraban lastimeramente...
Una mano tierna-coloca hierba fresca  en la frente de Jacinto- Con arena mojada su cuerpo era refrescado.
 -Padre río...Madre Noche... que este humano se cure... de sus males...Y en extraña lengua elevó su cántico-Un guapajó-le dice:
-Makla...Makla-estas poniendo mucha atención al hombre-El espíritu del río se pondrá celoso y traerá desgracias a estos-
-No sabes lo que hablas-este humano-es, el tiempo, pasado y mañana...
El Guapajó-se corre a un toborochi y responde:
-No te engañes-reina del río-Tu corazón habla cual primavera en flor...
Levanta vuelo-perdiéndose en la noche-el río levanta una gigantesca ola y lo atrapa.

            Jacinto abre los ojos y todos los árboles habían florecido-los toborochis con sus mejores perfumes-las aves trinaban-in génesis matinal parecía darle la bienvenida-
-Espíritu del río-decidme la verdad-Acaso he soñado al sentir la dulce mano de al cuña del cabello largo.
Volvió la rutina-Levantó la red-muchos peces habían caído-Encendió una fogata-Y esperó que los peces puestos al palo se cosieran-
Tronó el cielo-Una tormenta como nunca se dejó caer-El cielo se llenó de culebrillas y destellos-Era el rugido de la madre noche-Jacinto corrió a su casa en busca de refugio-El río levantó su caudal amenazante-Como cruzaban las troncas y árboles enteros-arrastrados por la fuerza del agua-de pronto ve a la joven aferrada a una ramas que habían atrapado un remolino...
-La joven gritaba-El cielo destellaba-y sus truenos sonaban como carcajadas funestas-Jacinto-Se lanza al agua-La corriente le azota contra las rocas pero zafándose logra llegar a donde se encuentra la joven-Toma su mano-Sus ojos luminosos como ascuas de lucero le miran-Viene un gran tronco y le azota en la cabeza...la joven es arrastrada-Jacinto-con todas sus fuerzas logra alcanzarla-La sujeta contra su cuerpo-ella yace inconsciente-
El agua del río y la lluvia azotan su rostro-Alcanza por fin la otra orilla-al alza en sus brazos y la lleva a su choza.
-Hummm.... Humm...., repetía incansablemente la joven
 ¿-Qué haré espíritu del río?-se preguntaba Jacinto-
-Hummmm...hummmm...exclamaba la joven-quejumbrosamente.
Pasaron los días, llovió en los siguientes-Todo estaba entre sombras-La choza al interior era solo penumbras-Alumbrando los rincones los relámpagos y truenos. La joven ardía en fiebre y se estremecía sobre los cueros y esteras tendidas.
Había Jacinto perdido el tiempo-Agotado de la vigía sé durmió-La joven abrió los ojos y quiso levantarse-y se dejó caer nuevamente sobre las esteras... y el joven la cubrió con cueros de tigre y tambera.
-OH-madre noche-Padre río-Dadme fuerzas para volver a tus brazos-susurra la joven.
Jacinto abre los ojos-y  ve a la joven, ya mejor-Ambos sé miran-sonríen y se tocan las manos-Había una hermosa luna, tejía cuentas de plata sobre su lecho.-Una dulce brisa corría, casi tibia. Los rococó entonaron su monótono canto-A los días siguientes. Ambos nadaron en el río y se dejaban llevar por la corriente. De pronto Makla-como se decía llamar la muchacha-se pierde en las profundidades del remolino-temiendo lo trágico-se sumerge tras ella. Al final había un mundo nuevo: algas, arena blanca casi amarillenta y una luz muy blanca en el fondo. Los rayos de luna-teñían como un arco iris la profundidad-mas abajo entre quebradas submarinas estaba Makla como si le esperase-Jacinto no se daba cuenta que hacia rato se encontraba bajo el agua-La joven le toma la mano y lo lleva mas debajo de la profundidad-El siente pavor-Logra zafarse de esta, nada hacia la superficie y esta le pareció lejana. Sintió que le faltaba oxigeno-sus oídos estaban a punto de estallar-manoteó-La mano tierna de la joven, le atraen. Sintió unos labios tan puros en su boca y es como si el aire hubiese vuelto a sus pulmones. Abrió los ojos, allí frente estaba Makla sonriendo. A través de su mente escuchaba su voz que le decía:
-Seguidme-seguidme-no temas nada-
Bajaron y atravesaron la arena dorada.-abajo se divisada una aldea de rocas y torres-Había un nuevo día y se mostró en su magnitud un mundo sumergido, el hogar de Makla.

Unos pescadores a los días, encontraron río abajo, la red y el cuchillo de jacinto, su vestimenta rasgada entre las ramas y una tronca atajada entre las piedras...
-El río se ha tragado a Jacinto-exclamaron los hombres y se santiguaron.
Cuando volvían río abajo... vieron dos enormes peces saltar sobre el agua, parecían jugar. Cayó la noche y la madre natura reino por siempre en aquellos parajes pintados como acuarelas.


 Amir Ibn Tawfik
@ Derechos reservados
aamiribn@yahoo.com
Lebanese Emigration Research Center  
Cultural Patrimony NDU
Notre Notre Dame University-Zouk 
Beirut, Lebanon
 (Publicado en el Libro El Chaco y sus Letras-1997)

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