Prefacio
A vosotras, amantes mujeres que en un instante de mi largo peregrinaje de retorno a casa, cruzaste mi camino. El mejor tesoro, ha sido vuestro infinito amor. El tiempo ha pasado, como un respiro. Vino un verano con ardor, una primavera con brotes de tanto romanticismo. El otoño que nos llevó a recorrer nostálgicos parques y largas avenidas buscando un lugar secreto para hacer el amor. Invierno, que las intensas lluvias regaron nuestros desnudos cuerpos en solitarias playas…
Hoy es un nuevo atardecer, donde el sol, ama la ultima claridad, rompiendo y rasgando con ardientes colores la magia de la entrega, la noche abriéndose con su mar cuajado de titilantes estrellas…
Os recuerdo como el primer día, y estos sencillos versos que escribo, son mis sentidos pensamiento a vosotras, amantes e inolvidables compañeras de la magia del ayer.
Amir Ibn Taufik
Beirouth,Lebanon
Junio,2005
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