Corría el riachuelo
Entre los arbustos y piedras,
El musgo y el verdor
Se pintaron en las rocas
Que el agua lame constante
El murmullo es cristalino y puro.
Las ramas de los árboles,
Caían haciendo reverencia al paisaje
Y el canto de las aves
Llenaban de regocijo al alma.
Sentado en la orilla,
Dibuje laderas paridas de arbustos,
Rodeando caprichosas quebradas
Donde blancas nubes acariciaban
El azul del cielo.
En la planicie
Una alfombra de amarillentas flores
Engalanan senderos
Que llevan
A Roma y Egipto.
Ó derechos reservados
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